La ensoñación de un monarca romántico
Como uno de los destinos turísticos favoritos de Alemania, en plenos Alpes Bávaros, se alza este peculiar castillo que inspiró, entre otros, al afamado logo de Disney.
Fruto de la imaginación de Luis II, Neuschwanstein nace como idealización del castillo medieval. Su intención era armonizarse con el paisaje salpicado de montañas y lagos que lo rodean.
Durante su construcción se obviaron elementos propios de una fortaleza en favor de otros puramente estéticos, se pueden encontrar así, en su interior, una amalgama de estilos que heredan la tradición románica, gótica o bizantina. Desde referencias a leyendas de la Edad Media hasta el primer teléfono móvil de la historia se dan cita en este castillo que se escapa de los esquemas seguidos por cualquier otra edificación. Quizás se deba esto último a que no fue obra únicamente de arquitectos si no de un escenógrafo teatral que sentó las bases estéticas de lo que acabaría siendo uno de los castillos más fácilmente reconocibles del mundo.
La voluntad del monarca de recurrir casi exclusivamente a materiales y artesanos bávaros a cualquier precio en Neuschwanstein perdura aún hoy en día siendo Baviera uno de los enclaves industriales más importantes del país.
Las inclemencias del tiempo no logran si no aumentar la belleza del lugar y potenciar el aura «mágica» que envuelve al castillo. Neuschwanstein es una maravilla para la vista en cualquier época del año.